Receta de Galletitas con Harina de Maíz y Limón: simples, tiernas y llenas de amor
Ingredientes
Para preparar estas galletitas necesitas muy poco, y lo mejor es que seguramente ya tienes la mayoría de los ingredientes en tu despensa:
1 huevo
60 g de azúcar (puede ser blanca o rubia)
30 cc de aceite (girasol, maíz u oliva suave)
100 g de harina de maíz (cruda, tipo polenta fina)
100 g de harina leudante (si no tienes, puedes usar harina común con 1 cdita de polvo de hornear)
Un chorrito de leche (aproximadamente 1 a 2 cdas, lo justo para unir la masa)
Ralladura de medio limón fresco
Notas sobre sustituciones:
El azúcar se puede reemplazar por panela, azúcar morena o incluso endulzante granulado apto para horno.
El aceite puede sustituirse por mantequilla derretida para un sabor más clásico.
La ralladura de limón puede cambiarse por naranja o mandarina, según tu gusto.
El azúcar se puede reemplazar por panela, azúcar morena o incluso endulzante granulado apto para horno.
El aceite puede sustituirse por mantequilla derretida para un sabor más clásico.
La ralladura de limón puede cambiarse por naranja o mandarina, según tu gusto.
Preparación paso a paso
Batir el huevo con el azúcar
En un bol mediano, bate el huevo con el azúcar hasta que quede una mezcla espumosa y clara. Este paso ayuda a que las galletitas resulten más aireadas.
Agregar el aceite y la ralladura de limón
Incorpora el aceite en forma de hilo y mezcla bien. Añade la ralladura de medio limón, que será el alma de estas galletitas.
Incorporar las harinas
Agrega la harina de maíz y la harina leudante poco a poco, integrando con una cuchara de madera o espátula. La masa quedará blanda, pero no te preocupes, es normal.
Ajustar la textura con leche
Si notas que la masa está demasiado seca, agrega un chorrito de leche hasta lograr una consistencia tierna y manejable.
Reposo en la heladera
Cubre el bol con film o un paño limpio y lleva la masa a la heladera por 20–30 minutos. Este reposo ayudará a que tome cuerpo y sea más fácil formar las galletitas.
Formar las galletitas
Con una cucharita, toma pequeñas porciones y colócalas separadas en una bandeja previamente pincelada con aceite. No hace falta darles forma perfecta, su encanto está en lo casero.
Hornear
Precalienta el horno a 180 °C. Hornea las galletitas entre 10 y 12 minutos, hasta que los bordes estén apenas dorados. ¡No te pases, para que no queden duras!
Dejar enfriar y disfrutar
Sácalas con cuidado y déjalas enfriar sobre una rejilla. En caliente son frágiles, pero al enfriarse toman la textura justa: crujientes y tiernas.
Consejos para servir y conservar
Sírvelas con un café espresso, un té negro con leche o un mate bien cebado.
Si quieres hacerlas más festivas, espolvorea un poco de azúcar glas por encima cuando estén frías.
Puedes guardarlas en un frasco hermético durante 4–5 días sin problema.
Si las quieres más suaves, añade una cucharada de yogur natural a la masa.
Batir el huevo con el azúcar
En un bol mediano, bate el huevo con el azúcar hasta que quede una mezcla espumosa y clara. Este paso ayuda a que las galletitas resulten más aireadas.
Agregar el aceite y la ralladura de limón
Incorpora el aceite en forma de hilo y mezcla bien. Añade la ralladura de medio limón, que será el alma de estas galletitas.
Incorporar las harinas
Agrega la harina de maíz y la harina leudante poco a poco, integrando con una cuchara de madera o espátula. La masa quedará blanda, pero no te preocupes, es normal.
Ajustar la textura con leche
Si notas que la masa está demasiado seca, agrega un chorrito de leche hasta lograr una consistencia tierna y manejable.
Reposo en la heladera
Cubre el bol con film o un paño limpio y lleva la masa a la heladera por 20–30 minutos. Este reposo ayudará a que tome cuerpo y sea más fácil formar las galletitas.
Formar las galletitas
Con una cucharita, toma pequeñas porciones y colócalas separadas en una bandeja previamente pincelada con aceite. No hace falta darles forma perfecta, su encanto está en lo casero.
Hornear
Precalienta el horno a 180 °C. Hornea las galletitas entre 10 y 12 minutos, hasta que los bordes estén apenas dorados. ¡No te pases, para que no queden duras!
Dejar enfriar y disfrutar
Sácalas con cuidado y déjalas enfriar sobre una rejilla. En caliente son frágiles, pero al enfriarse toman la textura justa: crujientes y tiernas.
Consejos para servir y conservar
Sírvelas con un café espresso, un té negro con leche o un mate bien cebado.
Si quieres hacerlas más festivas, espolvorea un poco de azúcar glas por encima cuando estén frías.
Puedes guardarlas en un frasco hermético durante 4–5 días sin problema.
Si las quieres más suaves, añade una cucharada de yogur natural a la masa.
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